La Camisa Rosa

Ayer me fui con mis amigas ciclistas a un evento denominado "Ciclopaseo Rosa," organizado por la primera dama del Municipio de Paipa, y algunos de sus aliados. 

El evento congregó a cerca de cien mujeres, quienes junto con un puñado de hombres dieron una vuelta en cicla por las cercanías de la zona urbana. Las organizadoras nos otorgaron una camiseta de color rosado en cuyo frente se encontraban dibujados dos senos: uno con pezón, y el otro con el característico listón fucsia que simboliza la lucha contra este tipo de cáncer.

Aunque el paseo fue corto, la alcaldía se portó con refrigerio, hidratación, carro de bomberos, rifas y asesoría endocrino y ginecológica para todas las participantes al final del recorrido, uniéndose así a la campaña de la Organización Mundial de la Salud que declaró a Octubre como el Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama.

Para mí en lo personal, además de la obvia concientización y educación sobre los mecanismos de detección temprana de esta enfermedad, el evento fue importante por dos razones: 

Primera, la campaña por la prevención del cáncer de seno se convirtió también en campaña por la prevención contra el miedo a montar en cicla: El ciclopaseo logró reunir a casi un centenar de mujeres en su bicicleta, listas a rodar sin temor a ser vistas como flojas, a ser dejadas atrás por sus compañeros hombres, o sentirse presionadas a sacar cola para mostrar su silueta de ciclista. 

Para esto último, la presencia de las camisetas rosa ejercieron una colaboración efectiva, pues eran tan grandes que así quisiéramos no hubiéramos podido lucir a la vez la camiseta y la silueta de Yayita

Segundo, hubo hombres que también rodaron portando la camiseta, sin temor a perder su hombría por vestir una funda rosada de senos protuberantes. Para los que participaron en el evento, éste fue un ejercicio de solidaridad, pues aunque bien sabemos que a ellos también les puede dar cáncer de seno, la salida estaba sin duda enfocada a las mujeres.

Los compañeros salieron en sus ciclas como simples acompañantes, sin ínfulas de entrenadores, y sin andar buscando oportunidades para salvar a las "pobres damiselas en apuros." 

Visibilizarse cuando uno culturalmente está acostumbrado a estar siempre a la sombra, requiere tanta valentía como ceder el derecho a la vía cuando culturalmente uno está acostumbrado a acaparar todo el espacio en ella. 

Felicitaciones a la Primera Dama, quien sin querer queriendo creó una bonita oportunidad de ejercitarnos en el tan temido Enfoque de Género, que hoy amenaza de aborto a los acuerdos de paz con la guerrilla.



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