Titanic

Desde hace unas semanas el alcalde de Paipa resolvió organizar la recolección de basuras en la zona rural del municipio, de manera que el camión ahora pasa tres, en vez de una vez a la semana, y recoge discriminadamente residuos orgánicos e higiénicos unos días, y reciclables en otros días. 

Sabiendo que por naturaleza a la gente le cuesta cambiar de hábitos, el mandatario ha dispuesto que los camiones lleven un altavoz con música de ascensor a todo volumen, y una grabación de locutor recordando que el carro de la basura ya está aquí y que seguirá pasando en tales y cuales horarios. 

Aunque las melodías de elección cambian de vez en cuando, la primera y de más grata recordación entre la comunidad paipana fue la versión de centro comercial de "My Heart Will Go On" de Celine Dion, con lo cual la gente no dudó de inmediato en rebautizar el camión de la basura como "El Titanic."

Desde entonces, en Paipa navega el Titanic por las calles y senderos cantando a voz en cuello una versión estilizada del clásico de Veloza: "Oiga marranito se le calló el papelito, oiga marranote recojalo y no lo bote..."

Si esto fuera en Bogotá seguro ya habría habido más de una tutela alegando contaminación sonora en la ciudad, y con toda la razón. Acá en Paipa, sin embargo, cada vez que imagino a Leonardo Di Caprio y a Kate Winslet montados en el carro de la basura al son de Celine Dion, saco mi bolsita de desechos con una sonrisa y hago de mi vereda un lugar más limpio y más amable.

En estos tiempos de plebiscito y firmas de acuerdos de Paz, mi oración es que nos inventemos un Titanic igualmente pintoresco que nos recuerde muchas veces a la semana y a todo volumen nuestro compromiso de liberar los corazones del rencor, reciclar nuestro dolor y nuestra rabia, y compostar los desechos orgánicos de esta guerra infame que lucha a viento y marea por terminar.

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