Paro Dejá Vu

El pasado lunes cumplió 36 días el paro silencioso de los transportadores de carga pesada del país, que habían hasta esa fecha cumplido al pie de la letra su compromiso de protestar sin bloquear las carreteras y permitiendo la circulación de transporte público y productos perecederos.

Ese mismo día los dirigentes del paro se sentaron a negociar con el gobierno,quien con su intransigencia logró que los transportadores anunciaran la continuación del paro que hasta entonces ya había producido más de un billón de pesos en pérdidas para el país. 

En un proceso que aún no comprendo bien, los puestos en los diversos puntos de Boyacá en donde los protestantes  hacían presencia en el camino, se llenaron de policía anti motines, y en cuestión de horas lo que hasta ahora había sido una manifestación sin pena ni gloria se convirtió en un campo de batalla. 

Ayer las circunstancias escalaron la violencia con el accidente automovilístico del Gobernador de Boyacá -- que los canales oficiales de noticias insisten en afirmar fue provocado por los manifestantes--, y con la muerte de Luis Orlando Saiz, a quién disparó un agente del ESMAD por supuestamente estar cargando no se qué artefacto inexistente. 

En medio de la furrusca salió muy orondo el presidente de la paz hablando desde la Guajira, ordenando en tono de "arrégleme ya este problemita" militarizar las carreteras, suspender las negociaciones y atrapar a los "violentos".

Entre tanto, los alcaldes de Paipa y Duitama, junto con uno de los dirigentes del gremio transportador, los personeros de los dos municipios y unos cuantos consejales, emitieron un comunicado de prensa solicitando muy respetuosamente al gobierno central guardar el ESMAD para otra ocasión, dando fe de que los transportadores han seguido al pie de la letra los acuerdos que pactaron con el gobierno departamental para la ejecución de su derecho a la protesta.

Ayer y hoy en el Municipio de Paipa no ha dejado de rondar un helicóptero de la policía, y por las calles deambula el CAI móvil que ya de tanto ver quieto en la esquina del parque principal pensé parte del inmobiliario histórico de la plaza.

Y de todo esto me quedan sólo preguntas: 

¿Será que el presidente no aprendió la lección con el paro campesino del 2013? 

Si, motivado por información sesgada y recibida desde la distancia se apresta a militarizar y a forzar, ¿Será capaz de liderar un post - conflicto en el que seguramente habrá más de una protesta y desacuerdo? 

¿Se da cuenta el Señor Presidente de la falta de coherencia entre su discurso de paz y sus acciones totalitarias, tales como decomisar camiones por extinción de dominio(???!!!) y cancelar licencias de funcionamiento a los transportadores que sigan en paro?

¿Si es capaz de negociar de tú a tú con las FARC escuchando sus demandas y llegando a decisiones concertadas, cómo no es capaz de aplicar este mismo método a las conversaciones con los transportadores?

Queda demostrado que Juan Manuel Santos no es un pacifista, lo que me hace cuestionar sus intereses detrás del proceso de paz con las FARC. En días como hoy, me cuesta trabajo pensar que el presidente se esté inspirando en Mandela.


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