En Casa de Herrero Cuchillo de Palo
Esta entrada no es una más de millones de
alabanzas al carisma y dotes de uno de los grandes íconos de la no-violencia.
No voy a hablar del reflector que alumbra a Martin Luther King, ni de su aura de
pacifista. Hoy voy a hablar de Bayard Rustin, el ángel y estratega detrás del
protagonista.
Cuáquero, negro y homosexual abierto mucho antes
de que sucedieran los Disturbios de
Stonewall en 1969, Bayard Rustin no solamente fue el maestro de Martin
Luther King en estrategias de no-violencia: Rustin también demostró el famoso
dicho de "en casa de herrero cuchillo de palo," pues puso en
evidencia las tendencias discriminatorias del propio King en su época.
Esta es la razón por la que pocos sabemos de
Bayard Rustin; por la que no aparece ni en los libros de historia más
progresistas. Es por lo que nadie lo reconoce como organizador, teórico y
estratega de la Revolución de los Derechos Civiles en EEUU, incluyendo la
Marcha de Washington de 1963, en la que el ilustre King pregonó su famoso
discurso "I have a Dream."
Sin más ni más, King decidió que la opción sexual
de Rustin era una inconveniencia, y prefirió sacar a su mano derecha del
Movimiento, antes que defenderlo públicamente como cualquiera con un mínimo
sentido de coherencia hubiera esperado.
Y aún así, Bayard Rustin no solamente fue el As
bajo la manga que King nunca se dignó a mostrar. Rustin, a lo largo de su vida,
se convirtió en uno de los más grandes reformadores carcelarios de la historia,
impulsador internacional del movimiento contra armas nucleares, promotor de la descolonización
en África, incubador de más de un movimiento social y objetor de conciencia.
En varias fotos famosas del ilustre King, el ojo
educado puede reconocer la figura de Rustin a la sombra. Y a la sombra ha
permanecido Rustin, a pesar de sus logros, gracias a que sus compatriotas lo
limitaron a la penumbra por miedo a arruinar el Movimiento de los Derechos
Civiles con su abierta y desinhibida presencia.
Los Cuáqueros también nos hicimos los pendejos, y
solamente hemos empezado a desempolvar a Rustin ahora que es caché ser aliados
de la causa LGBT.
Como Rustin, hay varios que son hoy seguramente
pilares escondidos de grandes movimientos sociales. De ellos y ellas
seguramente no nos enteraremos sino hasta dentro de cien años, cuando saber de
sus vidas y logros favorezca a nuestra conveniencia.
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