Posando la Mirada
Muy a las ocho de la mañana nos reunimos los y las gomosas del arte visual a recibir nuestro chaleco distintivo y la desafiante foto ruta de veinte temas, que este año incluyó algunos como "Decoración del transporte Público de la ciudad," "Naturaleza y biodiversidad," y " Arte Urbano."
Estas tres categorías en especial me impactaron tremendamente, pues al recorrer la ciudad captando imágenes para ilustrarlas, me di cuenta por ejemplo de la cantidad de murales informales que adornan la ciudad, el número inverosímil de palmeras que rascan el cielo capitalino, y la desaparición forzosa de adornos aterciopelados de buses y busetas, ahora remplazados por vidrios de seguridad que separan al conductor solitario de sus pasajeros.
Me di cuenta también que a la gente le fascina que la retraten profesionalmente: No faltó el clarinetista cubano que ofreció parar el tráfico y tocar para nosotras en plena calle con tal de hacernos ganar el concurso; o los vecinos, cuya tienda de sexo clasificó para una de las categorías de la ruta, aunque seguramente cuando los patrocinadores nos pidieron retratar una "Tienda de Barrio" pensaban más en una panadería llena de almojábanas y pandeyucas, que en un local taqueado de vibradores, dildos, y otros juguetes sexuales.
La imágen más maravillosa fue la de una mamá en la Estación de Bomberos de Chapinero, que en su pesado traje contra incendios nos regaló el privilegio de una foto con su pequeña niña: Instante de Redención luego de que momentos antes mi espíritu feminista se retorciera con el Adonis metálico y semidesnudo que en la plazoleta conmemoraba los 100 años del Cuerpo de Bomberos, como si solamente agentes del sexo masculino hubieran librado múltiples luchas contra el fuego.
Me está gustando la fotografía. Dicen que a través de ella uno naturalmente plasma su mirada en los rincones más Sagrados. Tras la cámara, entreno mis ojos para reconocer a Dios con más frecuencia.
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