Plantón contra Plantón

Según leo en algunos medios, hoy se llevó a cabo en la plaza de Bolívar un plantón organizado por algunos grupos cristianos fundamentalistas para decir NO AL MATRIMONIO GAY, SI A LA FAMILIA.

Inmediatamente los grupos activistas LGBT de la ciudad, cuya experiencia de Iglesia los ha obligado a pensar que todo lo que tenga que ver con religión es Kriptonita, convocaron un plantón simultáneo con abrazatón incluido para contrarrestar a los manifestantes.

Seguro de inmediato alguien con profundas facultades matemáticas se puso a calcular qué grupo gritó más fuerte o quién tuvo mayor poder de convocatoria. Los cristianos seguro enseguida aprovecharon el papayaso multicolor de banderas y clarines para mostrar evidencia tangible de sus profecías apocalípticas.

Por su parte, los activistas LGBT con pancartas y tambores, seguro cayeron en el juego de la culpa, respondiendo a los ataques cristianos con sus apologías de rutina. Imagino a los unos gritando a voz en cuello: "¡GÉNESIS 19!!!" Mientras los otros contestaban: "¡SENTENCIA C-075 del 2007!!!" como puesta en escena de una Torre de Babel contemporánea.

Me alegro por los trabajadores informales, vendedores de minutos, de pitos, de chicles y cigarrillos, que siempre están presentes y no pierden oportunidad en eventos como éste para llevar a casa el pan del día. Por lo demás, lo digo ahora tal como lo dije hace unos años en un artículo que me pidió escribir la Javeriana y que aún no publica:

 Mientras los activistas LGBT no se den cuenta de que han caído en la trampa de las Iglesias que coartan nuestro derecho al ejercicio de la religión con sus arengas; mientras la única defensa contra Génesis, Levítico, Romanos y las jerarquías religiosas que los ponderan, sean discursos enardecedores de leyes y sentencias; mientras nuestro ejercicio teológico se limite a salvar textos Bíblicos difíciles con explicaciones forzadas, o ridiculizar al clero en nuestras marchas ciudadanas; mientas sigamos alimentando al perro con nuestra atención en vez de dejar que su ladrido se pierda en el desierto; mientras sintamos la necesidad de buscar nuestra legitimidad por fuera, en vez de tomar los textos sagrados y hacer Teología, los mal llamados cristianos, que tampoco la hacen, habrán de antemano ganado la batalla.